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Un paseo arqueológico por el valle de Pego

El término e Pego está rellenado de restos arqueológicos que nos dicen de alguna manera que el hombre desde muy antiguo ha vivido en este valle beneficiado por el paisaje de montaña, la proximidad de la Mediterránea y la abundancia de agua.

Las noticias sobre las estaciones prehistóricas e históricas en Pego han sido proucte del estudio interdisciplinar de investigadores tradicionales y, últimamente, por una fornada nueva de arqueólogos altamente calificados. Las primeras investigaciones fueron realizadas por estudiosos locales como el vicario Bernardino Sastre, el cronista Carmel Giner y el maestro nacional Antonio Pérez Ramos. Estas se caracterizan por la carencia de cientificitat pero nos dan buenas referencias toponímicas y geográficas de los yacimientos. Por otro lado, a partir de la renovación historiográfica y de la ciencia arqueológica, con pautas más científicas del trabajo arqueológico, encontramos los estudios de Pepa Pascual, Javier Martí, Josep Antoni Gisbert, Josep Torró y R. Azuar entre otros.

Los yacimientos o restos arqueológicos constituyen parte integrando el Patrimonio cultural de la comunidad, que nos posibilita conocer, aunque sea parcialmente, el desarrollo cultural, social y material en otras épocas históricas, razón que justifica su protección y las limitaciones a cualquier acción que pueda degradarlos, según el artículo 166 de la Normativa Urbanística.

Nuestro recorrido abarcarà se de la Prehistoria hasta la Edad Media, por lo cual, habrá que hacerlo con un buen calzado para recorrer este intenso crisol de culturas y pueblos en una misma tierra: Pego y su valle.

Para hacer más idàctic nuestro paseo seguiremos un método cronológico por qué el visitante o el curioso lector se imagino en cada periodo de la historia que transcurre este escrito.

La Prehistoria

La estación prehistórica más antigua se encuentra en la montaña e Benirrames, pertenece al Paleolítico Mediano, también llamado Musterià. Hoy recae en término de Oliva pero en aquellos tiempos hay que tener en cuenta que los términos no se delimitaban tan estrictamente como en la actualidad. El yacimiento consiste en una rotura de la vuelta de un hábitat en cueva. Gravemente deteriorado, su interés radica en la aglomeración de material lítico y restas animales esparcidos en todo toda la zona más inmediata.

Después e la crisis del Mesolítico, el hombre neolítico, ya más sedentario, dejó sus huellas en varios lugares. En Ambra encontramos restos de cerámica neolítica, igual que en la Muntanyeta Verde y las montañas de Bullentó. A las darreries del Paleolítico y también durante el Neolítico encontramos hábitats en cueva en algunas de las montañas pegolines. Por el camino del Carritxar accedemos al interior de la Sierra de Mostalla, bien cerca de allí encontramos la Cueva del Asno, la cual se localiza en una vertiente del barranquet que desde el explanada de la cumbre anda hasta el plan. Se trata de un hábitat en cueva y tenía que practicarse en ella también el soterramiento. Parece que el nombre de la cueva hace referencia al animal quadrúpedo de la familia de los èquids, pero no sabemos el porque se denomina así. De parecida cronología (5000-3000 a.C) pero mucho más desconocida es la Cueva de Xical o Potastenc, la cual se encuentra casi en la cumbre sobre la senda que pasa por debajo mismo de la cueva al N.O. de la montaña de Xical. Inédita también y en la misma montaña, cerca de un barranconet anexo al Barranco de Coves, descansa impasible la Cueva Negra, con una majestuosa bocanada de entrada orientada hacia el Este.

Despacio y, ajuat por la benévola condición climática, el hombre fue bajando al plan para establecerse y desarrollarse en una economía de producción, fundamentada en la agricultura, la ganadería y la pesca.

Durante el Bronce valenciano se proueix la segunda gran crisis de la Valencia prehistórica, según J. Aparicio fue una época de intensa y prolongada depresión económica.1 Uno de los yacimientos más estudiados e importando se enmarca dentro de esta adscripción cultural y se encuentra a la marjal de Pego, en la zona denominada El Plan junto al camino de los Magranars. Este yacimiento fue descubierto a principios de los años 80 por Salvador Climent y se trata de un despoblado del bronce (4000-2000 a.C) donde vivieron, cazaron y pescaron antiguos pobladores defendidos por una pequeña muralla circundante. Las prospecciones dieron buena referencia de la abundante cerámica, agujas de huesos y la posibilidad de la existencia de un poblado con estructuras de hábitat de cabañas con un techo de material vegetal y barro.

Del bronce también hay referencias en un montículo llamado Tozal Raso, al cual se acceeix desde la carretera de Pego en Benidorm, en el puerto de Sagra. Se observa una montaña muy erosionada, en la cumbre de la cual abundan los restos de cerámica, varias estructuras defensivas, molinos barquiformes (molinos de mano) y cantos rodados. Durante el bronce la cerámica es de baja calidad, seguía haciéndose a mano y, la peculiar cocción le confería la similitud a un sandwich, con las dos caras superficiales rojas y al interior un color oscuro.

Hacia el siglo V-IV a.C. poem hablar de la cultura ibérica alicantina. Los exponentes más interesantes cerca nuestro son el yacimiento del Xarpolar en Vall de Gallinera ( Margarita), el de Segària y el del Castellar de Oliva. Aún así, la referencia por excelencia de esta cultura es la arxiconeguda Dama de Elche. Aunque al término pegolí observamos restos de cerámica ibérica, no se ha localizado ningún conjunto habitable o yacimiento exclusivo de este periodo, salvo la Muntanyeta Verde y el Tossalet de Jurel. La Muntanyeta Verde se levanta a 50 metros al Norte de la marjal, parece un islote que antiguamente debería de sobresalir de las aguas del paraje, un lugar privilegiado para el aprovechamiento y refugio humano. Puede ser que una pequeña muralla circundara un pequeño poblado durante esta época, aún así, las investigaciones todavía no son demasiado concluyentes. El Tossalet de Jurel es otro lugar paradisíac que se encuentra cerca de la Casa Motor de Jurel. Entre los bancales, hoy de naranjos y antes de garrofers y olivos, se levanta un pequeño montículo donde predomina la roca en toda su superficie; al suyo cercando y en las caídas encontramos abundando cerámica, predominando la ibérica, romana e islámica.

La romanización el territorio

Cómo afirma el arqueólogo y máximo exponente e el estudio arqueológico de la antigüedad clásica al País Valenciano J.A. Gisbert, el término municipal de Pego, por su considerable extensión en medio de la llanura costenca, presenta una fuerte impronta de la Romanización.2

Carmel Giner el 1966 ya va escobrir unas sepulturas en una parcela de la partida de Penyalva. La necrópolis quedó derrota por la roturació de los bancales, pero una fotografía nos ha dejado buen testigo del entierro de inhumación con el esqueleto alargado dentro de un fosa y cubierto por varias tegulae. También se encontró una moneda, que según Gisbert, se trataba de un As de la primera mitad del siglo II d. C.3 Al Heredado de Sala a principios del siglo XX se encontró una lápida de mármol con una inscripción latina que decía así: A cayo Licinio Maximo de edad 37 años. Aquí yace. A su hermano piadosisimo erigió este monumento Licinio Máximo. 4

la partía de Favara, que viene de l.árabe y significa fuente, había una necrópolis romana confirmada por la existencia de buena cantidad de fragmentos de tejas romanas (que tapaban las sepulturas), fragmentos de dolía, pies d.ànfora y abundante cerámica. Además, de este periodo se encontró también una moneda de Trajà.5

Este yacimiento el poem relacionar con el de Penyalva y también con el de Sant Antoni, aquí se encontraba una extensa villa rústica habitada probablemente desde el siglo Y al V d.C. Según Gisbert, los hallazgos confirman la existencia de construcciones y, incluso, debió de existir un Caldarium (sala de baño de agua caliente de unas termas).6 De este yacimiento permanecen de empeu tres piezas de columnas al patio de la Casa de Cultura de Pego que dio el arqueólogo al municipio.

A la partía de Gaià, cerca del Poet de Cotes, Carmel Giner y Antonio Pérez Ramos estudiaron unos hallazgos que aparecieron hacia finales de los años 50 después de una roturació. Salieron numerosas sepulturas y abundante material cerámico y de ajuar. Estos pensaron que se trataba de una necrópolis árabe, pero más recientemente Gisbert dató el yacimiento en época romano- tardía hacia el siglo VII d.C., bajo el dominio visigodo a la Península. existían entierros típicos del mundo romano tardío y las cerámicas estudiadas confirman una estrecha relación geográfica y cronológica con el yacimiento de Sant Antoni, situado a tan sólo 800 metros.7

Otro yacimiento e l.época romana es lo del Tossalet de las Mondes, estudiado por Gisbert y también por Carmen Aranegui. A pocos kilómetros de la población, en la carretera de Dénia, se levanta un montículo donde se situó un típico poblamiento rural romano dedicado a la agricultura fundamentalmente, podemos encontrar allí algunos restos de la pequeña muralla que rodeaba el poblado.

Más ascripcions romanas las encontramos en la Alter de Pau, donde se topó además de una necrópolis, un horno de carices industriales, que cronológicamente podríamos situar entre el siglo I . IV d.C.

En Atzahila, la cerámica localitzaa se extiende hacia las caídas de los bancales de olivos y garrofers que miran hacia la carretera de Adsubia, en su punto situado arriba del barranco de Miquel. Hay abundante cerámica ibérica, no obstante, predomina la romana y la medieval. Parece más obvio que se tratara de un asentamiento romano puesto que la tierra que prodomina es la marga blanca o tapón, característica de los asentamientos de l.época. También había evidencias, hoy desaparecidas, de una vía o camino romano que conduciría Adsubia y las losas quedaron sepultadas cuando se hizo el nuevo camino rural.

La cerámica romana está representaa en la zona por la sigillata hispánica, suave y roja, la africana más oscuridad y la común de color gris y sin ninguna decoración.

La época islámica

Con el vínculo intermei de la Gaià visigòtica, llegó la dominación islámica del territorio valenciano a partir del siglo VIII. La más antigua de los hallazgos islámicos la estudió Bazzanna al Xillibre, una fortaleza emiral del siglo X gravemente atacada por la construcción encima de una caseta de ICONO y un repetidor de TVE.8 La fortaleza se levantaba al Miserat o Miserà, que significa el despoblado; todavía podemos ver marcado con hormigón la base estructural del que hubiera sido un castillo islámico de altura temprano a nuestro valle.

Favara también presenta una necrópolis islámica o meieval, con numerosos entierros. Con la actual transformación de la zona debido al ensanchamiento del polígono industrial han salir de nuevo huesos y esqueletos del que pudiera haber sido esta necrópolis, que podríamos situar alrededor del siglo XIV-XV. Favara se va eregir en núcleo de poblamiento (alqueria) durante el periodo islámico y después de la conquista. En 1535 fue eregida en parroquia que incluía también los lugares de Benumeia y Adsubia.9 En el siglo XVIII Favara quedó despoblada y pasó a ser una partida más del término. No obstante, existió una ermita, la de Sant Pere, que a primeries del siglo XX desapareció. Posteriormente permaneció el panteón de la familia Ceniza, del Maiorasgo, hoy al cementerio municipal.

D.época islámica también están las otras alqueries e el valle de Pego, que aunque no conservan ningún elemento constructivo de l.época, si que vemos en ellas abundante material cerámico en la misma superficie de la tierra. Las alqueries o núcleos de poblamiento en época islámica eran: Atzúvia, Atzahila, Atzaneta, Benixat, Benigani, Benituba, Benumeia (ermitori de San Sebastián del siglo XVIII), Castelló, Cotes, Favara, Rupais, Salamona y Sant Antoni (Beniçuleima), pasaron después de su despoblamiento a ser partidas rurales del término pegolí, menos Adsubia que se consolidó como núcleo de poblamiento y Atzeneta que quedó absorbida en el parcel·lari de la población de Pego.

Pero, sin ubte, es el Castillo de Ambra el yacimiento por excelencia del periodo islámico a nuestro valle. Sobre el castillo se han escrito muchas cosas, todas ellas dirigidas a datarlo cronológicamente y a intentar averiguar si fue un castillo habitado en su interior. El castillo de Ambra, según Javier Martí, es un castillo del miedo, construido por los islámicos ante la amenaza de conquista feudal iniciada hacia finales del siglo XII y principios del XIII. Según P. Guichard se trata de un castillo-albacar, con la acostumbrada cisterna, destinado a servir de refugio a la población de las alqueries del término en caso de peligro. El castillo empezó a construirse a principios del XIII y después de la conquista (en la cual parece no participó activamente) se construyeron casas dentro del recinto que fueron desmanteladas posteriormente cuando se inició la construcción de la nueva villa de Pego hacia el 1280. Después d.un periodo de paz donde la política real decidió crear nuevas villas amuralladas en el plan el castillo pierde su importancia. Los restos del castillo esconden realmente vestigios estructurales de mucha importancia. Destaca su doble recinto amurallado, la cisterna, las viviendas de l.interior, la trae d.acceso con su cuerpo de guardia y, por último, una construcción adosada a la muralla interior que parece un mihrab islámico, pero en las últimas excavaciones encontraron una pila baptismal y se decantaron para afirmar que se trataba más bien d.una pequeña ermita. Encima d.una torre circular inacabada .una posible torre de l.homenaje-, s.instaló desgraciadamente el repetidor de TV y la caseta en el lado, que rompió por completo la fisonomía de l.emblemático castillo que fue en un tiempo del caudillo moro al-Azraq.

La funació cristiana de la villa de Pego

Para acabar nuestro recorrido por las maravillas que el hombre eixà en nuestra historia y en nuestro pueblo, hay que reseñar el casco urbano de la Villa de Pego, nacida después de la conquista cristiana. La villa medieval de Pego ha sido estudiada por Javier Martí en su tesis de licenciatura tituladaEl parcel.lari medieval de Pego. Un ensayo de restitución del paisaje urbano a partir de las fuentes fiscales y l.arqueología, presentada en la Universitat de València. La villa de Pego es una fundación cristiana del siglo XIII-XIV destinada a asentar nuevos colonos cristianos después de la conquista. Una muralla rodeaba la villa, que la cerraban tres puertas y, alrededor del recinto existía un valle o cementerio. Las restes d.aquella villa medieval todavía guardan su eco en concretos puntos de l.actual casco antiguo de la población. El Portal de Sala, tuvo que ser la tercera puerta en importancia de la villa, conducía probablemente a l.huerta y queda de pies hoy milagrosamente. La puerta de la Plaza daba al Arrabal (hoy calle Mayor) y la de los Siscars o Maiorasgo al cami d.Oliva y Valencia, estas otras dos puertas se derribaron para ensanchar la villa en el siglo XIX. Respecto a la muralla, recorriendo su trazado original todavía quedan resortes embebidos en el parcel·lari. Buena muestra son el lienzo conservado en el patio de la Casa de Cultura, y el lienzo y torres situado a la esquina de la calle Sant Lluís y Mestre Blasco. Últimamente la sensibilidad del vecindario ha hecho que se conservan lienzos e imágenes de sueño como el que ha conservado en su tienda de juguetes la familia Muralla. El resto de la muralla muchas veces sirve de mitjanera entre las casas, la conservación de la cual se basa en el gusto por el patrimonio del vecindario pegolí.

1. J. Aparicio Pérez. Estuio económico y social de la Edad del Bronce valenciano. Valencia, 1976, pág. 236. 2. J. A. Gisbert: . La villa romana e la partida de Sant Antoni., en Libro de Fiestas de Pego, 1983. 3. A. Gisbert: . Notas 'Arqueología romana., en Libro de Fiestas de Pego, 1980. 4. Op cit. 5. J.A. Gisbert: .Notas .arqueología romana y medieval: la partida de Favara., en Libro de Fiestas de Pego, 1981. 6. J. A. Gisbert: .La villa romana e la ....., 1983. 7. J. A. Gisbert: . La necropolis romana tarana de la partida de Gaià. Pego (Alicante)., en Libro de Fiestas de Pego, 1982. Se trata de una corrección cultural y cronológica de l.estudio anterior d.Antonio Pérez Ramos y Carmel Giner: . Descubrimiento de una necrópolis ¿ árabe?., en Anales del Centro de Cultura Valenciana. 8. Tina Herreros Herrnánez: . Itinerario arqueológico del poblamiento histórico del Valle de Pego., en Libro de Fiestas de Pego, 1994. Interesante artículo divulgativo, del cual me he basado para hacer este paseo arqueológico. 9. S. Alemany y M .J. Sastre Reus: . L.estructura e la propiedad en el valle de Pego durante l.época moderna (1539-1791) el caso de Benumea., en Investigaciones sobre la Historia de Pego y su valle, 1. Alicante, 1990, pág. 23.

Joan Miquel Almela

Archivero municipal